• 02 de Enero de 2010

    Patogenia de la urticaria crónica, según AP Kaplan

    por JAUREGUI PRESA IGNACIO

    La urticaria crónica se define por la presencia de habones durante > 6 semanas, en la asunción de que ocurren todos los días o la mayor parte de ellos. Si eliminamos las urticarias físicas y las urticarias-vasculitis, las que quedan pueden dividirse en autoinmune (45%) e idiopática (55%). El subgrupo autoinmune se asocia con una IgG anti-subunidad a del receptor IgE (FcER-I) en 35-40% de los pacientes y con una IgG anti-IgE en un 5-10% adicional. Estos auto-Ac ocurren en muchas enfermedades autoinmunes e incluso en sujetos normales, pero en la urticaria crónica autoinmune son funcionales, es decir, activan los mastocitos cutáneos y especialmente los basófilos periféricos por el complemento, con liberación de C5a

    En toda urticaria crónica ocurre un infiltrado celular a expensas de linfocitos T CD4+, monocitos, neutrófilos, eosinófilos y basófilos. La intensidad de este infiltrado es mayor en el subgrupo autoinmune. Este grupo tiene también una mayor evidencia de alelos DR de antígeno leucocitario y una incidencia del 25% de anticuerpos antitiroideos, con hipotiroidismo detectable en algunos pacientes.

    La hiporrespuesta de los basófilos y la hiperrespuesta del suero del paciente a la anti-IgE definen otra subpoblación de al menos el 50% que se superpone a los grupos autoinmune e idiopático. La hiporrespuesta a la anti-IgE se asocia con niveles altos de fosfatasas citoplasmáticas que inhiben la degranulación. De momento, no se puede distinguir si esto es causa o consecuencia de la urticaria persistente.

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