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La rinitis alérgica es una enfermedad inflamatoria de la mucosa nasal que afecta casi a una cuarta parte de la población general. Puede presentarse sola o asociada a otras enfermedades alérgicas, sobre todo a conjuntivitis alérgica (rinoconjuntivitis alérgica).
Síntomas
Produce picor de nariz, cosquilleo, destilación acuosa, estornudos en salvas, y bloqueo nasal, que a menudo impide las actividades normales y el sueño nocturno.
Alergenos causales
- Acaros del polvo doméstico: Dermatophagoides, otros.
- Pólenes: gramíneas, árboles (olivo, plátano de sombra, abedul, ciprés, pino, etc), y arbustos o malezas (parietaria, plantas compuestas, etc.).
- Hongos aerógenos: Aspergillus, Alternaria, etc.
- Epitelios de animales domésticos: gato, perro, caballo, hámsters, conejos, cobayas, ratones.
- Otros de origen profesional como el látex, las harinas, etc.
Diagnóstico
Las personas que presentan síntomas de rinitis alérgica deberían acudir a un médico especialista en Alergología, quien intentará confirmar la sospecha mediante una historia clínica, unas pruebas cutáneas (prick-test), unos análisis especiales de sangre (determinación de IgE específica o RAST) y en algunos casos, otras pruebas de laboratorio, radiografías, o exámenes del moco nasal.
Tratamiento
La rinitis alérgica se trata con medidas de control ambiental, antiinflamatorios intranasales (cromonas o corticoides), antihistamínicos en spray nasal o en comprimidos, e hiposensibilización específica (inmunoterapia), según los casos, bajo control de un médico especialista en Alergología. Pueden ser útiles también las duchas nasales con soluciones de suero.