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Consejos para pacientes alérgicos a animales
Lo más recomendable para el paciente es evitar la convivencia con el animal (gato, perro, cobaya, hámster, conejo y otros roedores) pero cuando no es posible por problemas afectivos, familiares, etc, se recomiendan una serie de medidas:
- Que el animal no entre ni duerma en la habitación del paciente.
- Lavar su pelaje al menos una vez por semana y que una persona no alérgica le cepille periódicamente fuera de la vivienda.
- Usar productos de uso tópico que disminuyan la carga alergénica del pelo y las escamas cutáneas, al desnaturalizar los antígenos correspondientes (Ej.: Vetriderm® de Bayer).
El alergeno mayor del gato (Fel d I), presente en su saliva, se aerosoliza con facilidad al medio ambiente al lamerse el animal, haciéndose respirable y permaneciendo por períodos muy prolongados en los enseres del hogar.
En el caso de caballos puede bastar el contacto indirecto con las ropas del jinete para que se desencadenen los síntomas de rinitis y/o asma. Si es imposible que la persona alérgica evite el contacto con caballos, es fundamental que evite al menos la presencia en cuadras y boxes y que sea una persona no alérgica quien cepille al animal.
Las cucarachas también pueden sensibilizar al paciente, provocando cuadros de rinitis alérgica, conjuntivitis y asma (Ver Consejos para alérgicos a cucarachas).